He aquí la gran saga de La familia Fernández Ramírez, el viaje de su vida alrededor del mundo. Han empleado 3 años y 3 meses en recorrer 4 continentes y 43 países, lo que se traduce en más de 97.000 kilómetros de viaje. Para ello han utilizado su autocaravana, a la que llamaron 'Maggie', y 2 campers, 21 ferrys, 3 barcos de cargo y 27 vuelos.
Foto: blog.viajarenfamilia.net |
La aventura comenzó oficialmente el 8 de julio de 2016, aunque la idea ya rondaba por la cabeza de los padres de esta familia, Javier y Nati, desde hacía tiempo. En 2007, cuando su hija Carla aún era un bebé y Alejandro no había nacido, compraron su autocaravana. Siempre les había gustado viajar, y por ello abrieron un blog de viajes en el que iban contando sus experiencias. La idea de dar la vuelta al mundo siempre la habían tenido presente pero lo veían «algo imposible», según cuenta Nati.
Cuando Javier, que se dedicaba a la construcción, se quedó sin trabajo, comenzaron a planteárselo más seriamente. «Se dieron varias circunstancias que provocaron que la idea nos empezara a picar por dentro, y pensamos que por qué no», relata Nati. Vendieron una segunda residencia que tenían en Mallorca y se lanzaron a la aventura.
La primera etapa de su viaje recorrió Europa, desde julio hasta diciembre de 2016. Esa Navidad regresaron a casa mientras su autocaravana ponía rumbo a Latinoamérica, la segunda y más larga etapa de su aventura, que tuvo lugar entre enero de 2017 y junio de 2018. Después viajaron en avión a Asia (etapa a la que 'Maggie' no pudo acompañarlos), donde permanecieron hasta septiembre de ese año. La cuarta parada fue Oceanía –de septiembre a diciembre de 2018- y la última, Norteamérica -de enero a diciembre de 2019-. Finalmente el pasado 2 de octubre regresaron a Sevilla, aunque después se trasladaron a Bélgica brevemente para recoger su autocaravana, que atravesó de nuevo el Océano Atlántico en un barco de carga.
Para la familia lo mejor de este viaje ha sido la convivencia con toda la gente que han conocido, especialmente en Latinoamérica: «la gente te invita y te acoge, lo poco que tienen te lo dan», explica Nati. Por contra, lo que más han echado de menos ha sido «la familia y los amigos, sin duda, aunque también la comida: el jamoncito, el pucherito», dice Nati.
Su vuelta a San José de la Rinconada (Sevilla) no supone el fin de las aventuras de esta familia. Nati y Javier ya están pensando en su próximo destino.
Planificar un viaje en familia puede ser abrumador, pero al confiar en una agencia de viajes, se puede disfrutar de una experiencia sin preocupaciones. La organización y logística son manejadas por expertos, lo que permite a la familia disfrutar de su tiempo juntos.
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